Los hombres honramos a las mujeres
así en su día como antes y después;
nosotros jamás podríamos dimensionar
con exactitud lo grandioso
que sucede en sus cuerpos,
QUE ES PODER DAR A LUZ…
Las bendecimos y las adoramos
por lo que son:
seres inmaculados y maravillosos
que a través de su vientre
gestan el portentoso
y sacratísimo milagro
de la vida en su interior.
Benditas sean por siempre!!!
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