lunes, 27 de mayo de 2019

Por qué un enfermo no se cura


POR QUÉ UN ENFERMO NO SE CURA

Para que un enfermo se cure o sane de verdad, lo primero que debe hacer es APRENDER a vivir en el “eterno ahora”…

¿Y qué es el eterno ahora? Ni más ni menos que el PRESENTE. Porque definitivamente es mucho mejor sacarle jugo al HOY, que andar perdiendo el tiempo con asuntos idos del ayer o venideros del mañana. ¿Entendiste lo aquí expresado?

Yo sostengo que en el momento que el enfermo logre mantenerse anclado en el AQUÍ Y AHORA, de manera casi inmediata podrá recuperar la energía perdida por los traumas y heridas que arrastró consigo de forma inconsciente.

He descubierto que una de las razones por la que algunos enfermos siguen alimentando su amargo pesar (enfermedad), se debe al MIEDO que tienen de volver a sufrir el mismo dolor que les produjo algún evento específico que hubiese tenido lugar en su pasado.

Entonces, yo digo que todo enfermito debe comprender que si se niega a soltar, o sea, a PERDONAR a quien le hizo algún “daño” en el pasado, tendrá como consecuencia fugas a nivel energético, las cuales debilitarán su mente y su cuerpo y con el paso del tiempo su enfermedad se volverá muy difícil de atajar.

Así de calamitosa y trágica podría volverse la situación si no se toman medidas a ese respecto… ¿me comprendes?

En ese tipo de casos, la bendita terapia del perdón puede ayudar a sanar grandemente las heridas, que no son otra cosa que fisuras o grietas que se abren en el campo vibracional, y por allí se filtran energías negativas que pululan en el medio ambiente y terminan afectando el sistema inmunológico del paciente.

Resulta que a través de esas fisuras o grietas energéticas (heridas etéricas), ingresan cierto tipo de entidades invisibles al ojo humano, y son las que con el paso del tiempo se adhieren y succionan la vitalidad de los órganos internos desencadenando un sinfín de achaques o malestares que podrían llegar a convertirse en enfermedades devastadoras.

Repito: el proceso del PERDÓN ayudaría en gran medida a que la persona pudiera liberarse o que soltara ese papel negativo de VÍCTIMA, ya que podría estar metido en ese perverso juego SIN DARSE CUENTA SIQUIERA.

Quizá te estés preguntando por qué es que algunas personas no se dan cabal cuenta del papel que desempeñan en su vida, ¿cierto? La respuesta es muy simple, y hasta puede darnos escalofríos saberla: Porque SE LA PASAN DISTRAÍDOS y no se percatan de lo que dicen, hacen y dejan de hacer. ¿Lo sabías?

Toma en cuenta que muchísimas personas alrededor del mundo se encuentran dormidas de la conciencia y actúan como zombis a causa de sus creencias arraigadas, de sus paradigmas mentales, de su negligencia, así como del medio ambiente nocivo del que se rodean.

Volviendo al meollo del asunto, yo sólo sé que el día que el enfermo llegue a considerar aquel supuesto “acto doloroso” como parte del proceso de la vida, y lo traduzca como un mensaje, prueba o desafío por superar, en vez de verlo como una traición hacia su persona, de inmediato toda su energía vital se destrabará y fluirá por los circuitos de energía correspondientes consiguiendo así su bienestar.

Para colmo de males, lo que las personas no saben es que el relacionamiento con sus familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc., es el resultado de los lazos que crearon en vidas pasadas. Y en la presente existencia los roles que ahora juegan, tanto positivos como negativos, ¡simplemente se invirtieron!, sí, de manera literal los papeles se invirtieron…

Eso quiere decir que el que la debe, la paga; por eso en esta vida las antiguas víctimas suelen convertirse en los victimarios; y ese es el cuento de nunca acabar.

Déjame darte un ejemplo para que te quede claro: Dos personas que estuvieron vinculadas en una vida pasada, de manera inconsciente se buscan entre sí hasta que se encuentran… se atraen y se rechazan, aunque se toleran, pero pasa el tiempo y luego se casan, sin darse cuenta que traen resentimiento, dolor y enemistad y vuelven a estar juntos SÓLO PARA COBRARSE VENGANZA…

El problema es que ese círculo vicioso seguirá y seguirá activo sin que lo pueda parar ni uno ni otro por falta de un verdadero conocimiento de causa.

En ese caso en particular, es el terapeuta quien debe estar lo suficientemente ENTRENADO en técnicas que le pudieran permitir descubrir las causas que dieron origen al problema referente a daños que el paciente sufrió por algún tipo de karma que arrastra. ¿Ahora lo comprendes?

En otras palabras, el famoso DESTINO siempre le va a presentar a las personas situaciones a la inversa de lo que vivió en vidas pasadas para que experimente en la presente todo tipo de conflictos y los pueda asumir y resolver de forma adecuada.

Cabe destacar que “de paso” (de manera adicional) tiene que abonar a los asuntos que tienen que ver con sus ancestros (ADN o liga genética) hasta saldar en su totalidad la carga que a cada personaje le toca.

En repetidas ocasiones el enfermo que no se cura es porque no se ha liberado de las cargas añejas que arrastra de vidas pasadas así como de la ilusión de sentir que es una víctima de las circunstancias…

Pero ahí tenemos también que algunos enfermos saben que consiguen el poder mostrando abiertamente sus “heridas”, ya que sólo así consiguen el apoyo de los que los rodean.

Por obligación, o por lástima, convierten la enfermedad en un medio de manipulación y control hacia los demás. ¡Qué fea situación llega a ser esa!

Ya para concluir quiero decirte lo siguiente: Para que el enfermo se recupere, debe hacer cambios estructurales en su vida, en su medio ambiente, y en su relacionamiento con los demás. La verdadera sanación requiere de una acción amplia, decidida y contundente.

El enfermo debe tener un MOTIVO MUY FUERTE para restablecer su salud de forma íntegra, ya que si no existe esa palanca que lo impulse, no habrá poder humano que lo ayude a salir del precipicio donde un día él mismo se arrojó sin percatarse.

Tanto el terapeuta como el enfermo deben seguir un inteligente camino y trazar una eficaz estrategia para que a través del trabajo mutuo y coordinado sea posible conseguir lo que se desea.

MARTÍN PEÑA



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