lunes, 27 de mayo de 2019

Una forma de curación muuuy efectiva


UNA FORMA DE CURACIÓN MUUUY EFECTIVA

Resulta que por mi profesión, más de tres décadas las he dedicado a ayudar a una cantidad enorme de personas enfermas a recuperar su salud para que pudieran seguir adelante con sus vidas…

La mayoría de esos pobres dolientes sufría más de la cuenta porque convencidos estaban que, entre muchas otras cosas, medio mundo actuaba “en su contra” y, por supuesto, ese tipo de situaciones tan “cotidianas” les provocaba la pérdida de la salud somatizando varios tipos de enfermedades de una manera inusitada. ¿Puedes creerlo?

Lo que no sabían esos enfermitos era que muchas de las cosas que veían como un problema enorme por resolver –desde mi muy particular forma de percibir las cosas–, no era más que un cúmulo de pensamientos negativos que revoloteaban en su cabecita santa, aunado a una muy equivocada forma de ser. ¡Difícil de creer!

Sus creencias arraigadas, sus paradigmas mentales, así como el punto de vista que tenían tanto de sí mismos como de los demás, era lo que los hacía pensar que se encontraban viviendo dentro de un terrible infierno como el que nos pintó el Dante Alighieri en su poema titulado La Divina Comedia. Ay no, ay no.

¿Y qué se puede hacer con todas esas personitas tan hipocondriacas que se enferman bien mucho de cualquier cosa?

¿Cómo crees que se pueda curar a una persona enferma de nada y de todo a la vez, así como de miedo, de ignorancia, y de un sinfín de culpas e ideas sin sentido? ¿Cómo se podría? Hasta parecen casos sin solución… ¿cierto?

Muy bien, pues ahí te va la receta mágica que he usado con excelentes resultados para curar a esos personajes con tantos achaques que no podían ocultarse a simple vista:

Lo primero que hice fue CONVENCERLOS para que dejaran de pensar que nada se "mueve" si ellos no lo manejan o coordinan; en otras palabras, que tenían que DEJAR DE CONTROLAR la vida de los demás, ¡y punto!

Que tenían que dejar de pensar que sus hijos no serían nada sin ellos, ya que nadie es indispensable en la vida, y que cuando uno desaparece, otro más podría reemplazarle fácilmente, así que debían entender que NO ES TAN IMPORTANTE uno para la vida de los demás como se piensa, ¡y listo!

Algo más: que se debe APRENDER A SOLTAR, a dejar ir, ¡Y A PERDONAR!

Pero no se trata únicamente de perdonar al mundo y a los demás, porque eso es relativamente sencillo y cualquiera lo hace, sino que se deben perdonar los propios errores y borrar –si se puede de un teclazo–, todo aquello dañino del pasado.

Sí, en realidad de verdad para que puedas sanar las heridas y curarte de muchas de las enfermedades que te aquejan hoy en día, DEBES ACEPTARTE con tus defectos y tus virtudes…

Recuerda: ¡DEBES PERDONARTE! Por tanto, procede cuanto antes a borrar de tu memoria y a sacar de tu corazón todo lo negativo que has experimentado en la vida… Dije TODO.

Perdónate de una manera profunda para que puedas volver a empezar desde ceros con tu vida. Porque debes entender que no existe otra forma de que eso suceda… Así que, ¡borrón y cuenta nueva!

Deja de ser tan duro y exigente contigo mismo y por favor perdónate, perdónate, perdónate…

Perdónate porque casi siempre pusiste tu salud en un segundo plano y no como algo verdaderamente importante.

Perdónate por no haberte dado tiempo para ti mismo(a).

Perdónate porque sabes que en muchas ocasiones hablaste de más y sin cordura.

También perdónate porque guardaste silencio cuando tenías que haber hablado y no lo hiciste, dañando de paso a ciertos seres inocentes.

Perdónate porque te colocaste en último lugar infinidad de veces y en realidad no tenías por qué haberlo hecho.

Perdónate por no tenerte paciencia ni haber tenido constancia en tus deberes como hijo, hermano, padre, buen ciudadano, etc.

Perdónate por no haber hecho caso a tu intuición y tropezaste con el mismo obstáculo cualquier cantidad de veces.

Perdónate por no encajar en el molde que dicta la sociedad cada generación o cada determinado tiempo.

Perdónate por haberte hecho pedacitos para completar a otros y tú quedar incompleto.

Perdónate por no ser más amable y condescendiente contigo mismo(a).

Perdónate por haber dicho unas cuantas o muchas mentiras.

Perdónate por no permitirte adquirir cosas que necesitaste para tener una mejor vida.

Perdónate por no invertir en tu persona lo que sin reparo gastaste en otros y que por desgracia no lo merecieron.

Perdónate por no apreciar los momentos que valen la pena y darte cuenta cuando fue demasiado tarde.

Perdónate por no disfrutar de tantos amaneceres así como de esas espectaculares puestas de sol que evitaste porque creíste que te encontrabas ocupado.

Perdónate por no mirarte al espejo con mayor regularidad y decirte cuánto te amas.

Perdónate por haberte resignado a vivir una vida sin color, sin ritmo y sin sabor.

Perdónate porque has sido un poco o un mucho intolerante.

Perdónate porque hasta ahora no te habías puesto a pensar que tenías que perdonarte…

De mí te acordarás que el día que te perdones verdaderamente pasarás a ser una persona muuy saludable. Puedes estar seguro de eso.

MARTÍN PEÑA
Creador de bioquantum®
(Ciencia del autoconocimiento y sanación)





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