LA INCOMPRENDIDA
CONCIENCIA DE LA RIQUEZA
La ‘conciencia de la
riqueza’, que es una hermosa habilidad natural inherente a todos los humanos, se
puede desarrollar o no, ejercitarla o no, ¿por qué? Porque depende única y
exclusivamente de lo que uno decida en torno a esa capacidad. ¿Captas la idea?
En cualquier momento
puedes cambiar tu elección. Sea cual sea, eso no importa, pero date cuenta que
nada fuera de ti podrá detenerte. No necesitas nada extraordinario fuera de tu
persona para aumentar tu valor interno o conciencia de la riqueza, sólo aceptar
y abrazar como tuya la abundancia universal infinita pero con un gran nivel de
merecimiento.
Todo lo que
necesitas está instalado dentro de ti en el aquí y en el ahora como si fuera un
programa que forma parte del sistema operativo de la computadora. La conciencia
de la riqueza sería el programa y tú la computadora, ¿entiendes eso?
La conciencia de la
riqueza es la expansión misma de tu propia esencia y consiste nada más y nada
menos en que te hagas consciente de las partes ricas que moran dentro de tu
ser. Por esa razón entiende que no necesitas nada más para aumentar tu
conciencia de la riqueza porque todo siempre ha estado dentro de ti.
Tú siempre has sido
inmensamente rico. Eres rico de abolengo; rico por nacimiento; rico por derecho
divino. Pero te enseñaron a elegir el no experimentar tu grandiosa riqueza
natural. ¡Qué prueba tan más horrenda! Lo bueno es que a través del
conocimiento que te estoy entregando en mi obra titulada “Desarrolla tu
potencial”, la cual te servirá como un manual de procedimientos, te ayudará
para cambiarlo todo.
Sólo tendrás que seguir
las instrucciones que he vertido en cada uno de esos maravillosos capítulos. Y no
desesperes. Aguanta un poco más, que la recompensa a tu inquebrantable lucha
será muy elevada, te lo prometo. ¡Alégrate por eso!
El valioso material
que estoy preparando para ti contiene muchas capas de comprensión. Es posible
que lo que entiendes hoy te revele una de esas capas solamente; pero cuando lo
leas de nuevo en otra ocasión descubrirás niveles más profundos que parecían
ocultos para su aplicación, porque irás alcanzando mayores grados de conciencia
con el paso de los días. Que no decaiga tu ánimo y atiende con atención las
lecciones.
Debes saber que el
dinero es un símbolo de suprema inteligencia, capacidad y riqueza, y está más allá
del concepto equivocado que pudieras tener sobre el tema. Al dinero se le
pueden dar formas de uso importantísimos en este mundo: El primero es que nos
permite intercambiar nuestros dones con los demás, y el otro es que podemos
experimentar la magia de la riqueza de una forma directa en nuestras vidas.
A través del tiempo,
y con la experiencia adquirida, puedes aumentar tu propio nivel de la
conciencia de la riqueza cada vez más. La conciencia de la riqueza engendra seguridad,
poder y dinero, lo cual a su vez da como resultado valor interno, y el ciclo se
perpetúa como cuando se le da vueltas a la rueda de la fortuna.
Cuando le temes al
dinero no lo atraes, más bien lo ahuyentas. Nomás pon atención porque atraes lo
que sea que temes acerca del dinero. Para atraer dinero tienes que amarlo. Para
atraer cualquier cosa, amarla es el camino más rápido. Pero también es verdad
que atraes lo que temes, no olvides eso.
El amor al dinero no
es malo. No puede ser la raíz de todos los males. El dinero mismo tampoco es
malo, aunque puede causar codicia y avaricia. El amor hacia el dinero es
perfectamente saludable en tanto no lo conviertas en delito.
Siéntete libre de
amar con plenitud el dinero y de amarlo genuinamente; pero vigílate y no dejes
que ese “amor” se convierta en avaricia o codicia. Sólo ámalo (como entiendas
el concepto). Haz las paces con él. Te necesita y lo necesitas. Ambos se
necesitan. Dile que lo amas abiertamente… que no te de pena hacerlo.
El dinero se mueve
hacia quienes más lo aman. El dinero libera a la gente para que pueda prestar
atención a otras cosas de la vida. El dinero le da al humano la posibilidad de
expresar su amor, de dar, de crear, de compartir y edificar a los demás. Ama el
dinero y el dinero te amará de la misma manera que tú a él.
MARTÍN PEÑA
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