miércoles, 25 de noviembre de 2015

"Trabajar" es tanto como pagar una pena corporal


“TRABAJAR” ES CASI COMO ESTAR PAGANDO UNA PENA CORPORAL

Hablando del agobiante tema del trabajo de un asalariado, ahora te pregunto: ¿A ti a cuántos años de cárcel te sentenció el tremendo juez de la tremenda corte? ¿Treinta? ¿Acaso cuarenta? Porque es terrible saber que aunque no hayas cometido ningún delito tipificado como grave de todos modos estás pagando alguna deuda con el duro trabajo que desempeñas en tu vida… ¿O qué creías, que trabajar como un burro era lo más correcto? ¿Quién lo dijo? Pobre de ti, ya mejor despierta de tu sueño eterno y toma el toro por los cuernos. Decídete de una vez por todas a cambiar tu estatus de vida para que no sigas esclavizado.

Y a todo esto, ¿crees que un buen día recuperes la libertad perdida? Porque cuando a alguien le imponen una condena de cuarenta años o más de trabajos forzosos, a eso se le llama cadena perpetua aquí y en China… ¿Será que tú, que trabajas por un sueldo, estarás cumpliendo un severo castigo por algún error que cometieron tus antepasados y no lo sabes todavía? ¿O qué será? Sólo falta que te pongan un pesado grillete en uno de tus pies para que no intentes escapar de la terrible sanción y cumplas con toda tu «condena». Jejejeje.

Dime qué delito cometiste para que estés pagando tan absurda pena corporal… porque ganarte el pan con el sudor de tu frente no es más que pagar una dura sentencia a través de un esfuerzo físico y mental agotador. ¿Habías pensado en eso? ¿Crees que haya mano negra en los escritos del pasado y que manipulan de alguna manera a las masas ingenuas e inocentes respecto al tema del trabajo? Por supuesto que nadie se atrevería a asegurar que sabe la respuesta… ¿O sí? Porque por ahí encontramos un párrafo que dice: «Que el que no trabaje, que no coma». Y a mí esas me parecen muy fuertes declaraciones, las cuales programan mentalmente, pero para mal, al pobre humano ignorante y desvalido.

MARTÍN PEÑA


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